Luego de cada clase, saca tus zapatillas del bolso y apoyalas sobre las suelas para que sequen. No uses secador de pelo ni las pongas cerca de ninguna fuente de calor. Si necesitas acelerar el proceso podés usar un ventilador. De esta manera, no se arruinarán tanto y te durarán más.
Para que te duren más tiempo, retira la almohadilla para los dedos o la puntera después de cada clase.
Es preferible que no mojes tus zapatillas porque pueden dañarse. Se pueden limpiar por fuera con un algodón embebido en alcohol, frotando suavemente.
Si sos principiante, nunca bailes con las zapatillas muy desajustadas. Solo los bailarines experimentados con pies fuertes tienen la suficiente capacidad para soportar su propio peso con zapatillas desajustadas. Lo mejor es que no juegues en casa con las zapatillas de punta para evitar que se dañen.
Las zapatillas no tienen pie derecho o izquierdo. Al comprar una zapatilla, lo primero que tenes que hacer es definir cuál corresponderá a tu pie derecho y cuál a tu pie izquierdo (de preferencia marcalo con una lapicera). A partir de allí, la zapatilla se acomoda a la forma del pie. Si se cambia, lo que ocurrirá es que se irá deformando el box y la plataforma de apoyo, dificultando el equilibrio y principalmente disminuyendo la vida útil de las zapatillas.